Metformina: de la diabetes al cáncer y a la prolongación de la vida - Revista "Pharmacological research" (pf)
"La metformina es una molécula que se remonta a más de un siglo, pero su uso clínico comenzó en los años 50. Desde entonces, su uso en diabéticos ha crecido constantemente, con más de 150 millones de usuarios en la actualidad. El perfil terapéutico también se amplió, con una mejor comprensión de los nuevos mecanismos. La metformina tiene una actividad importante sobre la resistencia a la insulina, al actuar sobre los receptores de insulina y las mitocondrias, muy probablemente mediante la activación de la quinasa activada por monofosfato de adenosina.
Estos y otros mecanismos asociados conducen a una importante reducción de lípidos y pérdida de peso corporal. En los últimos años se ha descubierto una acción anticancerígena, con mecanismos que dependen en parte de la actividad mitocondrial y también de la resistencia a la fosfatidilinositol 3-quinasa que se produce en algunos tumores malignos. El potencial de la metformina para aumentar la esperanza de vida es objeto de grandes estudios en curso y de varias investigaciones básicas y clínicas. El presente artículo de revisión intentará investigar los mecanismos básicos detrás de estas diversas actividades y los posibles beneficios clínicos. La metformina puede actuar sobre la actividad transcripcional mediante la modificación de histonas, la metilación del ADN y los miRNA. La actividad sobre la inflamación asociada a la edad (inflamación) puede ocurrir a través de la activación del factor nuclear relacionado con el eritroide 2 y cambios en la microbiota intestinal.
Una actividad senolítica, que conduce a la reducción de células con el fenotipo secretor asociado a la senescencia, puede ser crucial en la prolongación de la esperanza de vida, así como en las propiedades auxiliares en enfermedades asociadas a la edad, como la enfermedad de Parkinson. La prolongación de los telómeros puede estar relacionada con la actividad del factor respiratorio mitocondrial 1 y del coactivador 1-alfa del proliferador de peroxisomas gamma. Observaciones muy recientes sobre el potencial para actuar sobre los trastornos neurológicos más graves, como la esclerosis lateral amiotrófica y la demencia frontotemporal, han suscitado considerables esperanzas."
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